
ECSAHARAUI
Nuakchot (ECS).- Vivimos en un mundo, en el que el más fuerte, ha aprendido a no sentir escrúpulos ante nada. Desde los medios de comunicación, asistimos a una falta de honestidad, de información en pro de la desinformación dirigida, que da la sensación de que se torturan las palabras hasta que ceden y se rinden a sus polos opuestos. La verdad, el sentido común, lo palpable, la democracia, la libertad y el progreso se están convirtiendo en algo incoherente.
En este contexto, el escritor y profesor mauritano, Ismael Yaacub Cheij Sidia, en un extraordinario acto de valentía, rompe los tabúes y se rebela contra la tiranía de los medios de comunicación. Queriendo expulsar aquello que corree sus entrañas, buscando una bocanada de aire de libertad, grita a los más alto sus más profundas convicciones morales y políticas, sobre la legítima lucha del Frente POLISARIO contra la ocupación del Sáhara Occidental.
Reproducimos a continuación, traducidas, sus palabras:
La verdad duele, la mentira mata
"Libró una cruenta guerra contra dos países. Y lo hizo desde un campo de refugiados. Atendió a las víctimas civiles de los bombardeos. Acogió y honró a su pueblo y lo llevó a la gloria.
Eran un puñado de jóvenes arriesgándose la vida. Promulgó una constitución, adoptó leyes, levantó escuelas y dispensarios.
Envió miles de estudiantes a países extranjeros y tuvo la paciencia necesaria para esperar su formación a pesar de la lejanía, la pobreza, la orfandad de muchos de ellos y, finalmente, pudo saciarse de licenciados en medicina, literatura, derecho, etc.
Las jaimas hechas de retales de tela y de lana junto con las casas hechas de barro las tomó como púlpitos, tinteros, minaretes, bibliotecas, puestos de policía y sedes judiciales.
Y, en cada una de las ocasiones en las que prepara su Congreso General, donde los electores deciden las cuestiones de su Estado-Movimiento para un nuevo mandato, siempre aparece alguna rencorosa conferencia, festival o manifestación, bendecida por otros países.
Líderes militares y civiles de alto rango lo abandonaron para retirarse en los salones de la holganza. Un largo Alto el Fuego infestó sus filas de cansancio.
Ha ido perdiendo aliados, uno tras otro, desde la caída del Muro de Berlín hasta la catástrofe de Libia.
En su nombre y bajo su bandera se cometieron atroces violaciones de derechos humanos; y errores administrativos, políticos y de procedimiento por los que pagó un alto precio.
Perdió miles de mártires, y treparon sobre su espalda cientos de funcionarios subalternos, periodistas, políticos y oportunistas árabes, no árabes y bereberes. Así que lo vendieron, pero, él, nunca los vendió.
Sin embargo, todavía combate, transige, lucha, sana, reconcilia y emplea la utopía frente a sus desencantados y, la crueldad, frente a sus enemigos;
Sigue preservando sus instituciones, sus posicionamientos y su estrategia.
Se adapta, se expande, se renueva, compite, repasa y sufre en pos de la paz, y hace la guerra con las mismas armas, con la misma munición y con el mismo espíritu.
Practica el pluralismo en un marco revolucionario y corrige errores siendo franco con las víctimas y discutiendo con sus subordinados.
No es un foro de infalibles. El arrepentimiento lo considera parte de su literatura revolucionaria y, la convicción, el elixir de su causa.
Durante mucho tiempo ha sido un álbum de sonrisas, risas y suspiros. Ha sido una plataforma para la divulgación, el progreso y la modernización.
Y para la resurrección de un pueblo auténticamente arabo-musulmán que ha sido herido en su orgullo, oprimido en su dignidad, dispersado contra su voluntad y exiliado muy a su pesar.
No ha sucumbido a la desobediencia de sus hijos, ni a los excesos de sus padres, ni a la fuerza de sus adversarios.
Y por estas razones, yo respeto al Frente Popular para la Liberación de Saguia El-Hamra y Río de Oro, conocido como Frente POLISARIO", Ismael Yaacub Cheij Sidia.
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