
"No resto importancia a la decisión que hemos tomado ahora. La he tomado con plena voluntad de dar un paso adelante", así ha defendido Sánchez su decisión.
Agencias
Sánchez ha preferido calificar su giro, en su primera explicación ante el Congreso, como “un paso más en el camino que se inició hace 14 años” - en alusión al plan marroquí de autonomía presentado en 2007- para encontrar una salida de “política real” a un “conflicto enquistado”.
El jefe del ejecutivo considera el viraje ―que ha hecho que España encuentre ahora en el plan autonomista de Marruecos la solución “más seria, realista y creíble”―, como una alineación con los socios internacionales y la Unión Europea.
Ha pedido a la oposición que valore “la complejidad” de la relación bilateral con Marruecos. Los portavoces de VOX y PP han sido más duros contra la decisión del Ejecutivo sobre el Sáhara Occidental, que han tildado de “chapuza”, “despropósito”, “afrenta”, “puñetero insulto” o “desatino”.
Por su parte Unidas Podemos ha expresado su discrepancia “con toda la lealtad” desde dentro del Ejecutivo. Y todos los grupos representados en la Cámara fueron muy críticos con el Gobierno.
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