OPINIÓN
Por A. Abdelaziz Mohamed Said | ECS

Marruecos choca con lo imprescindible, lo que menos suponía, lo que no está en sus manuales escrito, se estrella con la voluntad de un pueblo que no conoce la derrota, que supera todas las adversidades, que lucha panza arriba para sobrevivir y subsistir a una fuerza hostil de ocupación.
La hoguera tiene tres componentes:
- El calor, permite que el fuego se propague por desecación y precalentamiento del combustible.
- El combustible cualquier tipo de material que puede arder.
- El oxígeno, el fuego necesita 16 por ciento de oxígeno en el aire para arder.
En nuestro desierto empezamos la gran hoguera encendido pequeñas y delgadas ramas como yesca para luego acercar los gruesos troncos que serán el combustible de fuego y el medio ambiente cargado de oxígeno hace el resto.
Esto es lo que está ocurriendo en Bojador, los tres componentes se están dando, estamos ante el salto hacia las revueltas masivas.
Hace dos días vimos en Bojador la familia Jaya sufrir violentas palizas por los policías y agentes de inteligencia marroquíes vestidos de paisano.
Todo el mundo pudo ver imágenes horrorosas de la cara, piernas y pies de Sultana Jaya, gracias a las redes sociales y al trabajo de compañeras y compañeros, hoy vimos como un nutrido grupo de jóvenes y no tan jóvenes saharauis se acercaron para romper el cerco a la casa de la activista y su familia. Poco a poco el miedo cambia su madriguera, salta del cuerpo de la gente al de los torturadores y cuando se darán cuenta ya sería tarde.
Sólo falta un pequeño empujón desde el Este.
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