El pueblo saharaui exige al presidente saharaui cumplir con su promesa
OPINIÓN de Salem Mohamed/ ECS actualización.
La regeneración que hacía falta, tanto para el Proceso de Paz como para la supervivencia de los más de 170 mil refugiados saharauis que habitan desde 1975 el desierto argelino, nunca llegó. El recién reelegido presidente de la República, Brahim Gali, prometió, durante el XV Congreso del Frente Polisario celebrado en la localidad de Tifariti del 19 al 25 de diciembre de 2019, regenerar, rejuvenecer y tomar decisiones firmes respecto al estancado proceso político desde hace seis meses, nunca se implementó.
La acción Nacional es necesaria para preservar los logros alcanzados, mejorar la vida del refugiado saharaui y reactivar aquel proceso político estancado en los últimos meses tras la repentina dimisión del ex enviado especial del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, Horst Kohler. El portavoz de Antonio Guterres, Stephane Sujarric, aseguró la semana pasada que la ONU continúa buscando el sucesor del ex emisario de la ONU.
La precaria vida en los campamentos de refugiados saharauis requiere una intervención urgente; miles de refugiados saharauis malviven dependiendo en gran parte de la ayuda humanitaria extranjera. Esta ayuda disminuyó progresivamente con el paso de los años y el aumento de los refugiados, espcialmete los jóvenes y los niños (que representan mas del 50% de la población refugiada).
En la localidad liberada de Tifariti, una zona remota de Zemur situada en el desierto del Sáhara Occidental, se celebró aquél Congreso "transcendental". Un Congreso que coincidió con un bloqueo inédito en las negociaciones diplomáticas y las amenazas de volver a la lucha armada contra Marruecos. El que era primer ministro de la República Saharaui, Mohamed Uali Akeik, durante su intervención en la 44° edición de la Conferencia Europea de Solidaridad con el Pueblo Saharaui (EUCOCO), afirmó que el Frente Polisario tomará una decisión firme respecto al estancamiento actual. Akeik señaló además que el XV Congreso reconsiderará la participación de la parte saharaui en el Proceso Político liderado por las Naciones Unidas desde 1991. Sin embargo, el XV Congreso se clausuró sin tomar ningún decisión más allá de perpeturar aquella vieja guardia que lleva en el poder más de 40 años.
En la formación del nuevo Gobierno, el presidente nombró al señor Bucharaya Hamudi Beyun, un veterano diplomático saharaui que asumió el mismo cargo dos veces en los años noventa y principios del 2.000. Pero aún así, el nuevo Gobierno y su formación no han encontrado ninguna satisfacción en las nuevas generaciones que aspiran tomar el relevo para continuar con la lucha hasta lograr la independencia total del territorio nacional. Las asignaciones a nivel del Ministerio de Exteriores de la RASD, que se anunciarán en las próximas horas, no cuentan con ningún cambio sustancial. Los mismos que llevan en el cargo años y años, intercambiarán sus puestos en absoluta regeneración o cambio que puede paliar la precaria situación actual.
El conflicto en el Sáhara Occidental se remonta a 1975 cuando Marruecos y Mauritania anexionaron la antigua colonia española del Sáhara Occidental. Entonces se produjo el éxodo saharaui y la ocupación marroquí del territorio, rico en minetales y grandes bancos de pesca. Entonces se estalló una guerra que duró 16 años hasta 1991 cuando se firmó un alto el fuego entre el Frente Polisario y Marruecos bajo los auspicios de las Naciones Unidas. 28 años después de la firma de aquellos acuerdos que preveían la celebración de un referéndum en un palzo de dos años, la situación en el Sáhara Occidental no ha variado mucho y los saharauis siguen entre el duro exilio y la ocupación militar marroquí.
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