Sevilla, 22 Enero de 2020. -(ECSaharaui)
Si repasamos las actuaciones del gobierno de Sánchez desde la toma del poder tras la moción de censura contra Rajoy, nos encontramos al principio con la fallida exhumación de Franco que curiosamente se efectuó días antes de las elecciones de Noviembre; por otra parte se mostró solidario y acogió el barco de rescate ‘’Aquarius’’ en Junio del mismo año, pero meses más tarde rechazó el ‘’Open Arms’’; gana las elecciones generales y comunica que su socio preferente es Pablo Iglesias mientras sus votantes coreaban en Ferraz ‘’Con rivera, no’’, más tarde veta a Pablo Iglesias, rompe las negociaciones con PODEMOS y se abre a pactar con Rivera; No solo eso, en su etapa en la oposición se quejaba de que el PP usaba el Parlamento para emitir leyes a su conveniencia, cuando él se ha convertido en el presidente que más decretos-ley ha aprobado en la historia, se declara abiertamente republicano pero apoya mantener la monarquía española, denunciaba tajantemente la corrupción institucional del PP y al llegar a la Moncloa destituyó al jefe de la Unidad de Crimen Organizado (UCO) que investigaba la trama de corrupción del PSOE en Valencia; presume de sentimiento obrero pero no deroga la ley de reforma laboral aprobada por el PP; criticaba a Rajoy por ser el lacayo de Merkel cuando el propio Sánchez aprobó junto a esta en una reunión en Doñana una ayuda de 130 millones de euros al régimen marroquí; criticó duramente al PP por enviar las FFCCSE a aplacar violentamente las manifestaciones en Barcelona cuando él hizo lo mismo el pasado Octubre dejando un balance de más de 600 manifestantes heridos. Por otra parte, está la causa saharaui que solo la menciona para rascar votantes saharauis o simpatizantes de la causa. Pedro Sánchez y el PSOE son libres de hacer lo que quieran, no se les puede acusar de nada, no hay verdades comprobadas pero sí mentiras evidentes.
El hecho de que Pedro Sánchez rechazase a Pablo Iglesias cercena el principio democrático de representatividad popular por el cual los votantes eligen a un candidato que representa sus preocupaciones e institucionaliza sus intereses, luego, bajo ningún concepto se tuvo que permitir tal condición en las negociaciones contractuales.
Autor: Mohamed Salem Abdelhay
Con su gestión, el PSOE ha provocado tanto su auge como su caída, pero además ha conseguido sin querer una posición cómoda dentro del espectro ideológico español ya que ha adquirido una posición de centralidad ideológica absoluta, es el único partido que logra satisfacer a todos los demás partidos lo suficiente como para que pacten con el, recordemos que podría haberse permitido gobernar tanto con PODEMOS como con PP y C's. No solo eso, la centralidad del PSOE también es discursiva, Pedro Sánchez es la base sobre la cual otros partidos intentaron articular un gobierno, recibió propuestas cuando debió ser él quien buscara aliados. El grado de subalternidad discursiva e ideológica del PSOE es de tal magnitud que pocos pueden llegar a gozar de semejante posición. Ahora repasaremos sus actuaciones más trascendentales en este año y medio desde la moción de censura que desbancó a Rajoy del poder.
Política bluff:
Sin embargo, es notable que PSOE presenta una diferencia clave con PODEMOS respecto a los demás partidos, el PSOE le disputa parte del electorado de izquierdas a la formación morada debido a su gran capacidad de absorber temas sociales de gran interés como lo son el feminismo, ecologismo, sexualidad y la resignificación de 'España'. Sánchez sabía que si iba de nuevo a elecciones perdería algunos votos, pero también sabía que supondría el doble de pérdidas para PODEMOS debido a la disgregación del voto de la izquierda tras la aparición de nuevos partidos izquierdistas y sirviéndose también del famoso ''voto útil'' basado en el miedo. Por ello concurrió a unas desacertadas segundas elecciones en un intento arriesgado de arrebatarle votos a PODEMOS para así lograr la tan ansiada mayoría absoluta con la que gobernaría sin la necesidad de coalición, así, las segundas elecciones las convirtió en una lucha por la hegemonía de la izquierda, asumiendo un riesgo factible basado en el principio de aceptar un hipotético daño siempre y cuando el daño esperado para el enemigo sea mayor, y así lo reflejaron los resultados de las últimas elecciones generales de Noviembre.
Partiendo de la base de que la eficacia de una decisión o medida política se mide por el grado de afectación positiva a la totalidad de los elementos de una sociedad, esto es, atendiendo al beneficio colectivo o bien común que genere. Por eso, Realpolitik o Política realista es aquella que exige adoptar medidas en función de la realidad del mundo objetivo en el que vivimos, esto es, adaptarse a las condiciones del entorno y decidir dependiendo de tales circunstancias, de forma que la conexión con la realidad social es estrecha y las medidas son acordes y versátiles satisfaciendo al mayor número de ciudadanos posibles. En cambio, la actitud tomada por Pedro Sánchez y su partido deja a un lado la política realista y se aferra a una táctica de posiciones que se nutre de orientaciones ideológicas e intereses partidistas. Pedro debió formar gobierno en las primeras elecciones y no forzar unas segundas para acabar haciendo lo mismo que pudo hacer 3 meses antes, revelando así sus pretensiones de gobernar solo.
En este ejercicio de egoísmo, queda excluida una vez más la voluntad popular y la voz de sus votantes. Llegados a este punto, conviene recordar que los partidos políticos son instituciones de titularidad privada que cumplen con funciones públicas, ergo, el componente racional y egoísta está presente en este entorno al tratarse de una lucha por una posición de poder, una cuestión de supervivencia política. ¿En qué momento se decidió que en los ámbitos de decisión de política prevalezcan los intereses partidistas sobre los de la voluntad ciudadana? Son los votantes y la ciudadanía a los que se debe el presidente, ya que estos son los que mediante sus votos le otorgan la licencia legítima para gobernar.
El vergonzoso balance:
Estos hechos suscitan inevitables conclusiones acerca de una conducta contradictoria, la trayectoria del PSOE se caracteriza por una política de graves incoherencias, descoordinación institucional, irresponsabilidad estatal y constantes reveses que evidencian la inexistencia de una planificación política congruente, un partido carente de rectitud política que antepone sus intereses particulares a los de la sociedad en su conjunto y el bien común. El efecto resultante de este tipo de prácticas es el de la pérdida de credibilidad pública e incremento del esceptismo que se traduce en una disminución de votos. Si bien los problemas que derivaron en la ingobernabilidad no pueden considerarse fenómenos de crisis específicos del sistema político español, empero la posibilidad de una solución está limitada por la especifidad del sistema. Esto es, si la solución por la incapacidad de articular un gobierno se debió a cuestiones intrínsecamente políticas como las negociaciones o extrínsecas como la presión ejercida por los poderes fácticos.
La dualidad del poder:
Desde un punto de vista político, es comprensible que este rechazo atañe a cuestiones de imagen pública e impacto mediático/popular. El hecho de admitir en la coalición a un candidato rival que te disputa votos del mismo terreno ideológico, constituye un peligroso riesgo en política ya que puede arrebatarte votos al estar en posiciones de poder, máxime si se tiene en cuenta que es Pablo Iglesias, una persona eminentemente formada y con grandes aptitudes comunicativas, elocuente con hábil retórica y solidez en sus ideas así como capacidad para movilizar a las masas y un estimulante de la opinión pública, todos estos atributos lo convierten en un líder carismático ante el público. Iglesias podría acabar acaparando toda la atención social y mediática, relegando a un segundo plano al PSOE y a Pedro Sánchez, haciéndole perder votos y desplazándolo de la coalición y del panorama político.
El PSOE debe entender que el presupuesto de un gobierno de coalición basado en la dualidad del poder exige victorias parciales, negociaciones, dar concesiones y recibir limitaciones. En primera instancia, impuso condiciones deshonestas a PODEMOS y no estaba dispuesto a repartir el poder, en segunda instancia y dadas las circunstancias, accedió a formar gobierno con Unidas Podemos a pesar de que el desprecio ya estaba hecho, pero como dice Maquiavelo, la política solamente persigue el poder. En la supuesta coalición de centro-izquierda, PODEMOS, al ser la parte débil del acuerdo, podría usar a su favor lo que Lenin describe como ‘’Poder Dual’’, es decir, convertir el gobierno en una lucha por la legitimidad ideológica para ver quién es más de izquierdas, terreno en el que PODEMOS es líder indiscutible. Y por otro lado, adoptar una actitud beligerante, ya sea ejerciendo un minucioso seguimiento a la aplicación y/o cumplimiento de medidas pactadas o proponiendo políticas sociales que pongan en entredicho la afinidad ideológica del PSOE con el fin de desvirtuarlo públicamente.
El auge de partidos de izquierda como Más Madrid, que realmente son escisiones de otros partidos de izquierda mayoritarios, vienen dándose por desavenencias en, que conllevan a un criticismo discrepante, esto es, tener un compromiso ideológico tenaz junto a una intolerancia exagerada por quien no comparte el mismo punto de vista. Este rechazo deriva en individualismo, una posición incompatible con ser de izquierdas, ya que la disciplina y la lealtad son valores vinculados al conservadurismo basado en las tradiciones y el rechazo al progreso, por lo que será muy difícil generar identidades colectivas y aunar votantes desde una posición propiamente individual y egoísta. Este individualismo se materializa con la creación de partidos de izquierda que se presentan a las elecciones y ejercen como elemento potencialmente desestabilizador dentro del electorado de izquierdas por su carácter disruptivo, ya que crean división que desemboca en votos dispersados y acaban debilitando a la izquierda en su conjunto. Le pasó a la izquierda norteamericana que ya ha desaparecido y le está pasando a la española muy lentamente, a pesar de que gobierne formalmente.
2020:
Ahora mismo en el panorama político español destaca un partido político por su nacionalismo de barra, un chauvinismo punible que rechaza a otras personas por razón de sexo o procedencia. VOX se reduce a un partido que se autoproclama poseedor del monopolio de la autocomprensión de los problemas de la ciudadanía española a raíz de crear reivindicaciones superficiales.
Ahora comienzan los años 20, en los que se prevé un avance feminista de dimensiones colosales, una mayor preocupación y concienciación sobre el medio ambiente, nuevas guerras por el control del petróleo, más aceptación e inclusión de la diversidad sexual, giros lingüsticos, creación de nuevos estados y también tendremos a la derecha quejándose de la decadencia de valores, así como el resurgimiento de nacionalismos tóxicos europeos y la expansión voraz de los mercados privados hacia esferas básicas de la vida humana como la salud y la educación. Destrucción gradual de comunitarismo europeo ya iniciada con el Brexit, con una previsión de crecimiento económico cayendo, bajo un sistema capitalista que agoniza y amenaza con otra crisis financiera o lo que es lo mismo, la vida útil del capitalismo. Asistiremos a una década interesante e impredecible guiada por el conflicto por una parte y la estabilidad por otra, síntomas inequívocos de progreso y evolución.
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