La Conferencia Internacional de Tokio para el Desarrollo Africano (TICAD 7) mostró una adhesión sin precedentes a la posición africana unificada y un claro sesgo del socio japonés hacia sus principales intereses que van más allá de las relaciones bilaterales con algunos países (en alusión a Marruecos).
Madrid, 31 Agosto de 2019.- (ECSaharaui)
"Es pronto para saberlo. Mientras tanto, dos elementos nos permiten decir adiós (¿temporalmente?) a la diplomacia marroquí" o adivinar en cualquier caso un largo y costoso periodo de recuperación del prestigio y la eficacia de la diplomacia saharaui perdida durante muchos años. Uno es la capacidad de nuestra diplomacia externa, algo sin precedentes en la historia de la política exterior de nuestra nación; el otro es la puesta en marcha de una doctrina de política exterior inédita en la historia del país: el activismo en la escena internacional y la apuesta por un Estado con todo el derecho de existir.
Por Louali Bentaleb
OPINIÓN
La continua desestabilización de Oriente Próximo y la África
Occidental, sea desde el apoyo a Arabia Saudí contra Qatar, la hostilidad hacia Teherán y el cuestionamiento del acuerdo nuclear o el traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel a Jerusalén. La escalada retórica con Corea del Norte y China. O la aún más sorprendente y sospechosa actitud conciliadora hacia Vladimir Putin por parte de alguien (en este caso Donald Trump) que no ha ahorrado calificativos a ningún líder mundial.
¿Responden todas esas medidas a nuestras aspiraciones para retomar la iniciativa o son solo el resultado de una gran improvisación?.
La Conferencia Internacional de Tokio para el Desarrollo Africano (TICAD 7) mostró una adhesión sin precedentes a la posición africana unificada y un claro sesgo del socio japonés hacia sus principales intereses que van más allá de las relaciones bilaterales con algunos países (en alusión a Marruecos).
Nuestra presencia en Tokio (Japón), se considera como una rotunda victoria diplomática sin precedentes y al mismo tiempo, sin duda alguna, una derrota para el ocupante marroquí. No siempre somos críticos, simplemente capaces de reconocer los esfuerzos y la constancia de nuestros políticos, sea quien sea el actor y sin ninguna inclinación.
Marruecos ejerció una gran presión diplomática sobre la Unión Africana, los Estados miembros y el socio japonés, pero sin éxito. Después del fracaso de todos estos intentos y chantajes, Rabat reconoció la realidad ante la creciente presión de la Comisión Africana y los Estados miembros para respetar los principios de la organización continental dirigida a la cohesión, la unidad y la integración frente a los desafíos externos".
La diplomacia y las relaciones internacionales han cambiado en el último siglo, ya que el mundo no está regido por dos polos opuestos, sino por más de una docena de actores que poseen y ejercitan el poder en diversos grados y naturaleza.
La diplomacia exterior requiere una renovación profunda por medio de las capacidades, conocimientos y un accionar diplomático diferente y activo, no tenemos tiempo para ofrecer cuotas de "tribalismo" o "clientelismo" dentro de nuestra representación diplomática, tampoco es necesario perpetrarse en los despachos diplomáticos por el mero hecho de ser fulano o hijo de "mengano", sin habernos aportado ningún logro diplomático en décadas.
Brahim Gali, presidente de la República, se ha visto obligado a ejercer de presidente y de ministro de exteriores, sin embargo la política interna requiere de su presencia debido a la complejidad socio-política y las posibles reformas futuras para que las nuevas generaciones sean capaces de sentirse identificadas dentro del movimiento y la causa saharaui.
Señor presidente; El poder estatal está asediado por dos actores; está cuestionado desde abajo por la nueva generación y desde arriba por las distintas disputas entre facciones en el poder político. Los cambios son necesarios y el consiguiente impacto en las funciones de los ministerios es imprescindible para lograr una diplomacia que garantice nuestra presencia en la escena internacional, como lo ha sido en Japón.
La diplomacia y las relaciones internacionales han cambiado en el último siglo, ya que el mundo no está regido por dos polos opuestos, sino por más de una docena de actores que poseen y ejercitan el poder en diversos grados y naturaleza.
En la actualidad vivimos uno de esos períodos bisagra, en el cual es necesario detectar los hechos y anticiparse para buscar aliados fuertes y dominantes en la escena internacional, analizar minuciosamente sus objetivos y ofrecer pactos por medio de estrategias políticas sensatas, no todo es justicia, los intereses económicos y estratégicos son fundamentales en la política exterior, Japón, China, Rusia, EE.UU, incluso India, pueden ser principales en lograr una solución justa y determinante para la autodeterminación e independencia de nuestro pueblo.
La diplomacia exterior requiere una renovación profunda por medio de las capacidades, conocimientos y un accionar diplomático diferente y activo, no tenemos tiempo para ofrecer cuotas de "tribalismo" o "clientelismo" dentro de nuestra representación diplomática, tampoco es necesario perpetrarse en los despachos diplomáticos por el mero hecho de ser fulano o hijo de "mengano", sin habernos aportado ningún logro diplomático en décadas.
Brahim Gali, presidente de la República, se ha visto obligado a ejercer de presidente y de ministro de exteriores, sin embargo la política interna requiere de su presencia debido a la complejidad socio-política y las posibles reformas futuras para que las nuevas generaciones sean capaces de sentirse identificadas dentro del movimiento y la causa saharaui.
Señor presidente; El poder estatal está asediado por dos actores; está cuestionado desde abajo por la nueva generación y desde arriba por las distintas disputas entre facciones en el poder político. Los cambios son necesarios y el consiguiente impacto en las funciones de los ministerios es imprescindible para lograr una diplomacia que garantice nuestra presencia en la escena internacional, como lo ha sido en Japón.
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