La CIA desclasificó 12 millones de documentos sobre el Sáhara Occidental que destapan el infame papel de Juan Carlos I



Madrid, 02 Agosto de 2019. -(ECSaharaui)

Por Mohamed Salem Abdelhay / ECS

Juan Carlos junto a su hijo. - Google.


El Sáhara Occidental es un tema de descolonización que no sólo afecta a la región del Maghreb. Hay muchos países pendientes de qué sucederá en este conflicto por los daños colaterales que puede suponer. Al tratarse de un tema sensible entre las relaciones americano-marroquíes, no ha sido hasta después de 40 años cuando han decidido desclasificar cientos de miles de documentos secretos relativos a la operación de ocupación del Sáhara Occidental llevada a cabo por Marruecos, así como el análisis estratégico que se hizo en el momento revelando que las fuerzas del Polisario pudieron haber derrotado al colono marroquí si no fuera por la intervención de Francia, Arabía Saudi, Israel y EE.UU. 



La Agencia Central de Inteligencia americana compartió también varias fotos de soldados saharauis lanzando misiles y otros marroquíes que fueron capturados por las fuerzas saharauis.

La decisión de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense de liberar al público el acceso a más de 10 millones de páginas conformadas por más de 900.000 documentos desclasificados permite conocer lo que sucedió exactamente a partir de marzo de 1979. Por entonces, en pleno enfrentamiento bélico solo contra Marruecos, ya que Mauritania se retiró del conflicto un año antes.

La agencia de inteligencia americana revela que Marruecos estaba perdiendo la guerra contra el Frente Polisario. Según el documento, Marruecos estaba siendo superado en la batalla hasta que países europeos y árabes intervinieron para ayudar decisivamente a la dictadura de Hassan II, proporcionando ayuda material, estratégica y logística, borrando cualquier esperanza de victoria de la lucha saharaui.

''La anexión del Sáhara Occidental por Marruecos en 1975 fue por la fuerza y desembocó en una guerra'', según los documentos desclasificados, la guerra del Sáhara que estuvo muy disputada entre el Frente Polisario y Marruecos, mencionando lo determinante que fue la ayuda que recibieron los marroquíes por parte de Estados Unidos, Francia, España y Arabía Saudí gracias a las relaciones de Hassan II con Henry Kissinger, entonces consejero de Seguridad Nacional de EEUU y estrecho amigo de los Saud de Arabía Saudí.



¿Pero qué ha hecho Juan Carlos con el pueblo del Sáhara Occidental?


El 21 de agosto de 1975, el Departamento de Estado norteamericano da luz verde a un proyecto estratégico secreto de la CIA, financiado por Arabia Saudí, para arrebatar la antigua provincia del Sahara (270.000 Kms cuadrados) a España. Un territorio vital desde el punto geoestratégico por su riqueza en fosfatos, hierro, petróleo y gas, y que EE.UU no está dispuesto a dejar en manos de España dada la situación en que se encontraba el régimen de Franco


El plan consistía en invadir la zona mediante la introducción masiva de unos 300.000 ciudadanos marroquíes que se harían pasar por antiguos habitantes de la zona. Esta introducción masiva de civiles fue conocida como 'Marcha Verde'. Con el pretexto de ser civiles, estos no podían ser atacados por elementos militares, apoyándose en este vacío penetraron y colonizaron un territorio que les es ilegítimo.

El 6 de octubre de 1975, los servicios de inteligencia del Ejército español informaron a Franco, ya muy enfermo, de los planes de EE.UU en relación con el Sáhara Occidental y le pidieron que actúe en consecuencia.

El 16 de octubre de 1975, la Marcha Verde es anunciada por Hasan II, al mismo tiempo que el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU rechaza tajantemente las pretensiones de Marruecos sobre el mismo territorio. Hassan II, en un ejercicio de revisionismo histórico sesgado,  declara sin vergüenza ninguna: ''Tenemos que iniciar una marcha verde desde el Norte de Marruecos hacia el Sur y del Este al Oeste. Tenemos, querido pueblo, que levantarnos como un solo hombre, con orden y organización para dirigirnos al Sahara y encontrarnos con nuestros hermanos allí.'' 

El 21 de octubre de 1975, el príncipe Juan Carlos de Borbón, heredero del dictador, se niega a aceptar la jefatura del Estado con carácter interino. Quiere plenos poderes para poder actuar en el Sáhara Occidental.

El 22 de octubre de 1975, el presidente del Gobierno español, Arias Navarro, con conocimiento de Franco, manda al ministro José Solís a Rabat para tratar de parar el órdago marroquí prometiendo negociaciones sobre el tema en cuanto la situación clínica del dictador mejore.


El 26 de octubre de 1975, da comienzo la Marcha Verde en el sur territorio marroquí. Toda la planificación operativa y la organización logística del plan ha corrido a cargo de técnicos norteamericanos liderados en secreto por Kissinger.

El 31 de octubre de 1975, Juan Carlos de Borbón se hace cargo de la jefatura del Estado español. Mostrándose muy preocupado por la situación en el Sáhara, pues tiene muy presente el caso portugués y no quiere que la situación le sobrepase y le acabe pasando igual que Oliveira Salazar.

Finalmente el monarca español asumió oficialmente la jefatura de Estado el 31 de Octubre después de negarse a hacerlo una semana antes en un ejercicio de presión. Ese mismo día convocó un Consejo de Ministros y se puso manos a la obra. Sus contactos con su homólogo marroquí fueron constantes. Hasta entonces, según transmitió Stabler, "el Gobierno seguía vacilante" ante la falta de liderazgo y, sobre todo, el aumento de las presiones marroquíes.

Rabat envió el primer grupo de "marchadores verdes" hacia el Sáhara el 30 de octubre de 1975, y no el 6 de Noviembre, fecha documentada como oficial del inicio de la Marcha Verde. La precipitación de esta acción tiene como base el temor de Marruecos a la intervención de Argelia contra la invasión, de modo que así se aseguraban que el factor sorpresa quedaba neutralizado.

El 31 de octubre de 1975, el príncipe preside un Consejo de Ministros en La Zarzuela. La Cuestión prioritaria a tratar: el Sáhara. Juan Carlos manifiesta su férrea determinación de ponerse al frente de la situación. Sin embargo, no les dice a los reunidos que él ya ha enviado a su hombre de confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal a Washington para solicitar apoyo técnico de Henry Kissinger, quien fuera el arquitecto del Golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile. Juan Carlos es consciente de que una guerra colonial contra Marruecos en aquellos momentos podría precipitar los acontecimientos al estilo de lo acaecido en Portugal, pudiendo perder su corona antes de ceñirla. A pesar de que España triplicaba en capacidad militar a Marruecos y según los asesores del régimen, Marruecos, sabedor de sus opciones, no se enfrentaría al Ejército español.

Finalmente, en un giro determinante para la historia del pueblo saharaui, el Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, acepta la mediación solicitada por el nuevo jefe del Estado español e intercede por Hassan II acelerando de forma estrepitosa el curso de los acontecimientos. En cuestión de horas se firma un pacto secreto por el que Juan Carlos se compromete a entregar el Sahara español a Marruecos a cambio del total apoyo y respaldo político americano a su próxima andadura como rey de España. 


El 2 de noviembre de 1975, Juan Carlos de Borbón realiza un viaje sorpresa y visita a las tropas españolas en El Aaiún. Cabe destacar que en estos momentos se encuentra tratando en secreto con los americanos para la entrega del territorio, pero no tiene ningún reparo en aparentar normalidad con los militares (a los que traicionará en las siguientes horas igual que al pueblo español, a los saharauis y a la propia ONU) Inmerso en esta situación, en el curso de una bien regada amistad con los militares, se permite con todo lujo decirle a los oficiales de las tropas allí destacadas: “España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará el derecho de los saharauis a ser libres” y también, dice “No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí con todos vosotros en cuanto suene el primer disparo”.

El 6 de noviembre de 1975 e
n virtud del pacto secreto de alta traición entre Kissinger, Hassan II y Juan Carlos, la Marcha Verde se hace realidad y se logra invadir el Sáhara Occidental accediendo por la parte norte, en paralelo, la aviación marroquí bombardeaba sin pudor puntos civiles en las ciudades de El Aaiún y Smara para provocar la huida de los nativos saharauis. En el transcurso de esta ofensiva marroquí, los campos de minas de la frontera saharaui-marroquí han sido levantados y los legionarios españoles prudentemente retirados. Los ciudadanos saharauis, por entonces nacionales españoles a título jurídico, se quedan totalmente desprotegidos e indefensos ante el despliegue de violencia aérea y terrestre. España hasta se permite la desvergüenza de enviar al ministro de la Presidencia para que gire una visita de cortesía a los campamentos marroquíes de la Marcha Verde, zonas donde el convoy de civiles marroquíes descansaban. La ONU, incómoda y sin saber qué sucede, urge a Hassan II a retirarse y a respetar la legalidad internacional. Mientras masacraban saharauis, España miraba hacia otro lado, pues el objeto de causa ya estaba asegurado, Juan Carlos consiguió consolidar su monarquía a cambio de sangre saharaui y el tirano de Hassan II no hacía el menor caso a Naciones Unidas. 


El 9 de noviembre de 1975, Hassan II da por alcanzados todos sus objetivos en el Sahara y en espera de las conversaciones de Madrid, desplaza los campamentos de la Marcha Verde a Tarfaya, último paso fronterizo de Marruecos y que da acceso directo al territorio saharaui. Por su parte, Argelia protesta y retira su embajador en Rabat. Los saharauis, traicionados por España, se aferran a la resistencia y comienzan a organizar tanto el exilio hacia el oeste de Argelia como la lucha armada frente al invasor. 


El 12 de noviembre de 1975, comienza la Conferencia de Madrid entre España, Marruecos y Mauritania, dirigida y controlada por EE.UU en la sombra. Los líderes de dichos países se reunirán durante dos días para decidir cómo se repartirán el Sáhara Occidental.

El 14 de noviembre de 1975 se produce la famosa Declaración de Madrid sobre el Sahara, también conocidos como los Acuerdos Tripartitos de Madrid). A pesar de que carecen de legalidad, ratifican la entrega a Marruecos por parte de España de toda la parte norte de la antigua provincia española:

200.000 Kms cuadrados de gran importancia geoestratégica, muy ricos en toda clase de minerales, gas y petróleo (descubierto por petrolíferas norteamericanas y en reserva estratégica). A Mauritania (que los abandonará enseguida en beneficio de su poderoso vecino del norte) se le transfieren 70.000 Kms cuadrados del sur, los más pobres e improductivos.


Las Cortes y el pueblo español no saben nada del asunto. Todo se ha tejido entre bastidores, con la CIA, el departamento de Estado norteamericano y los servicios secretos marroquíes como maestros de una ceremonia bochornosa en la que el príncipe Juan Carlos ha movido sus hilos a través de sus hombres de confianza: Armada, Mondéjar y Torcuato Fernández Miranda.

Mientras el Gobierno del anonadado Arias Navarro, con Franco moribundo y su porvenir político acechando, se limitó a ejercer de convidado en la mayor vergüenza política y militar de España en toda su historia. Porque, efectivamente, este país nunca jamás había traicionado de una forma tan perversa a sus propios ciudadanos (los saharauis lo eran en 1975), se había humillado de tal manera ante un pueblo más débil que el, pactando en secreto las humillantes condiciones de su rendición y abandonando cobardemente el campo de batalla sin pegar un solo tiro y después entregando a su enemigo acuartelamientos y armas, pues parte de la infraestructura militar se concedió al régimen marroquí para su uso y explotación.

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